martes, 11 de diciembre de 2007



Un nadador es su propio equipo. Es arquero, defensor y delantero al mismo tiempo. No puede mirar al banco en medio de una carrera y pedir el cambio porque no se siente bien. Si da un mal paso no habrá un arquero salvador que detenga la pelota sobre la línea, ni un gol en contra del oponente que lo transforme de un momento a otro en ganador.Siempre está con el mismo. Preparado cada vez para dar el máximo. Entrenando, sacrificándose, proyectando a largo plazo. Construyendo día a día, mes a mes, año tras año su propia carrera. Pensando en el gran objetivo y planificando su vida y la de quienes lo rodean en función de ello.La natación es una actividad de logros personales. Hay sólo una persona en el agua en cada carril, en cada prueba. La responsabilidad de una marca recae sobre el nadador. El nivel de su marca dependerá de su preparación física y mental.Muchas experiencias en natación pueden ser de tipo destructivo y desmoralizador. Pero por lo menos el nadador aprende que esto es parte de la vida y que debe aprender a superarlo.Aprendiendo a manejar la frustración y el fracaso, el nadador gana en confianza en sí mismo. Aprende dedicación y dominio de su persona. Mediante la perseverancia, aprende a sobreponerse a la adversidad. Todas estas experiencias tienden a desarrollar una persona que está mejor capacitada para manejar el lado difícil de la vida y mirar cara a cara a los problemas.La vida sana, el entrenamiento, la alimentación, el descanso y asistencia al entrenamiento son los factores que conducen al triunfo. Aunque en la mayoría de los casos estos son conceptos verdaderos, no siempre funcionan, por lo menos a corto plazo.Todos hemos visto como nadadores más altos o con más clase y con malos hábitos de entrenamiento o cuidado personal han ganado pruebas. Estas cosas no son justas. Pero... ¿es justa la vida?Un nadador debe aprender que lo que es justo para unos no es necesariamente justo para otros. Un nadador aprende que todos somos diferentes y que cada persona controla su propio destino. Un nadador aprende a desarrollar su propia capacidad y habilidad. Aprende a mejorar desde su propia base. Sin establecer límites o restricciones, esta mejora le conducirá seguramente al éxito. Aprende que si ha dado lo mejor que tiene, no ha fallado. Aprende a establecer metas reales para él. Cuando ha alcanzado una meta, establece una nueva. Aprende que el esfuerzo es una empresa individual.Un nadador no puede permitirse una vida normal, en la natación no se deben dar ventajas. En la alta competencia, no alcanza con una tarde inspirada. Por eso las obsesiones son las milésimas del reloj y los entrenamientos parecen extraídos del manual de un astronauta. Todo el tiempo se trata de corregir cosas mínimas. Ahora hasta se hacen estudios sobre como tienen que entrar tus piernas en la largada, la posición de la cabeza cuando estás arriba del cubo...Aunque "la vida no es justa" un nadador sabe como manejar eso y puede lograr el equilibrio. La mayoría de las veces, los nadadores se desarrollan como gente normal, pero siempre tienen ese poco más que viene de la experiencia de la natación. Son diferentes y pueden estar orgullosos de ello, aunque algunos los traten de locos.?Loco es quien vive en su mundo... Personas que son diferentes de los demás.? Yo puedo decir que yo sí lo estoy. Desde hace mucho tiempo me di cuenta que era diferente a los demás. Lo mejor de todo era que había otros que tenían los mismos síntomas que yo.Me gustaba estar en la pileta todo el tiempo. Cuando decidí entrenar mis primeros 5 kilómetros al día me dijeron mis amigos que era algo fuera de lo normal. Al ver que no salía los viernes, me decían que estaba loco, porque tenía que competir los fines de semana, que estaban hechos para descansar y para las actividades sociales. Gente en autos en la madrugada, que se les hizo ?temprano? al salir de la fiesta, y nosotros apurados en llegar ?temprano? al entrenamiento. Si supieran por qué nosotros estamos despiertos se dirían a sí mismos: ?Estos locos?.Ciertas actitudes, son sólo ajustes a nuestra personalidad obsesiva. Cuando salimos de viaje, lo primero que nos pasa cuando llegamos a un nuevo destino, nos preguntamos, ¿dónde podré nadar?. Y preguntas en recepción sobre la misma cuestión y el encargado te ve como si te faltara cordura.En ese mismo viaje al bajar a comer y revisar el menú tus ojos recorren la carta deteniéndose en el título de la pequeña sección de las pastas, y si no las hay, preguntas siempre si es posible dicho platillo. Llamamos ?dieta? a comer y no a dejar de hacerlo.Al empacar, lo primero que pones en tu equipaje de mano son tus trajes de baño, gorra y antiparras, y luego empacas todo lo demás, por las dudas de que se fuera a extraviar tu demás equipaje (que nunca es tan importante).Cuando encontramos en la tele una transmisión de alguna competencia nos quedamos como hipnotizados, aunque los medios les den 30 minutos de importancia a lo que es nuestra vida.Obligados a la endogamia, los miembros de la logia de nadadores, hacemos lo mejor que podemos para conseguir un compañero/a, ya que inevitablemente tiene que tratarse de personas que compartan semejante rutina. Somos masoquistas al disfrutar del dolor. Pero como la sal en la comida, esto es solo para poder ponerle y darle sabor a nuestras vidas.El entrenador me convencía de que, si tenia una buena partida, los tiempos me daban para hacer un papel digno ese día. Pensé que era una expresión de deseo y le agradecí el gesto. ?On your marks... ready? go!!!? o traducido ?En sus marcas? listos? ya!!!?? Tomé contacto con el agua, y los nervios desaparecieron. Sólo restaba nadar... No alcancé a respirar dos veces y todo había terminado... Me saqué las antiparras y miré hacia los lados mientras se me fruncía el estómago... De repente, la gente me empezó a sonreír y palmear en cámara lenta... contentos por la buena actuación. Minutos más tarde, una voz en el altoparlante, confirma la noticia, mi nombre retumba en el recinto, me acerco como puedo hasta el lugar donde me van a colgar la medalla, intercambiamos gestos de alegría con mis compañeros de podio y todo se funde en un aplauso... Así, sin aviso, era el ganador. Guardé imágenes para siempre...Soy un loco que me encontré con esta disciplina donde darle vueltas a un agujero con agua de 25 o 50 metros era y es una extensión muy importante de mi vida. Soy un loco que encontré en esta disciplina que el participar era lo más importante, pero al llegar delante de mí el siguiente competidor me daba otra razón mas para seguir, entrenar mas duro. Soy un loco que ve pasar su vida en menos de un segundo cuando el juez de largada da el comando de "en sus marcas," y toda la adrenalina explota en ese momento. Soy un loco porque cuando termino de entrenar mi rostro está lleno de sudor y cloro, y eso no es elegante ni sofisticado. Soy un loco porque gasto más en trajes de baño que en zapatillas, en zapatos, jeans o remeras... No soy como los demás. Soy un atleta. Y si, estoy loco... pero sé que no soy el único...